Los juegos malabares tienen numerosos beneficios en los niños tanto a nivel físico como a nivel intelectual y emocional.
Jugando con malabares el niño realiza ejercicio físico, ejercita sus músculos pero también la coordinación de manos, piernas, movimientos, los reflejos… se trabaja tanto la motricidad fina como la gruesa.
Los movimientos que se dan en los malabares son movimientos de ambos lados del cuerpo a la vez, por lo que trabaja la bilateralidad algo que requiere bastante destreza y práctica.
La paciencia va a ser imprescindible ya que el manejo de malabares requiere de práctica, práctica y más práctica, además el peque aprenderá a afrontar los fracasos para transformarlos en nuevos retos.
Con los malabares el peque se hace consciente de su propio proceso de aprendizaje, ya que va viendo que movimiento a movimiento va conseguiéndolo poco a poco.
La concentración trabaja al máximo para poder realizar bien los movimientos y superarse con cada uno de ellos.